lunes, 28 de mayo de 2007

Material de apoyo a la reflexión de los estudiantes de la licenciatura sobre Diseño.
Artículo aparecido en el Diario La Vanguardia de España.
Prof. Marcelo Falcón Vignoli.



LA VANGUARDIA
DOMINGO, 29 OCTUBRE 2006

La revolución de los blogs.
Análisis José Luis Orihuela.


Los weblogs son sitios web autogestionados por sus propios autores, compuestos por entradas individuales llamadas anotaciones o historias que se organizan en la página siguiendo una cronología inversa. Las herramientas de gestión de blogs asignan de forma automatizada a cada entrada su fecha y hora de publicación, así como una dirección URL permanente que facilita las referencias y enlaces externos. La mayor parte de los blogs permite a los lectores comentar cada anotación y, de forma creciente compartirla con otros usuarios de la red a través del correo electrónico, de los servicios de marcadores sociales (del.icio.us, iFavoritos) o de los sitios de promoción social de noticias (Menéame, Fresqui). Todas estas prestaciones, sumadas a los enlaces cruzados entre blogs, dan lugar a múltiples conversaciones en línea y a toda una cultura cuyo espacio en la red se designa como blogsfera.

Gentes de cualquier edad y condición, sin conocimientos previos de programación informática, gestión de servidores ni diseño web, dispone desde finales de 1999 (cuando nacieron los primeros servicios gratuitos de edición y publicación de weblogs: Pitas y Blogger) de una herramienta tan poderosa como la imprenta y de alcance tan universal como la telefonía para hacer comunicación pública sin ningún tipo de intermediación editorial. Con gran acierto Alejandro Piscitelli ha llamado a la Internet “la imprenta del siglo XXI”.

La autogestión de un medio de comunicación que funciona a escala universal y cuyos umbrales de entrada tecnológicos y económicos son mínimos, son las claves que explican el porqué de esta revolución mediática. Equiparable, en efecto, a la que a mediados del siglo XV supuso la imprenta de Gutenberg. La gente ha descubierto aquello de que los medios somos nosotros, mientras los medios tradicionales no acaban de acertar en el modo adecuado de gestionar su nueva identidad en un paisaje que les resulta desconocido.

Hoy los weblogs conforman la parte visible de un gigantesco iceberg llamado medios sociales o Web 2.0 frente al que buena parte de la vieja industria mediática parece comportarse como el capitán del Titánic. Pero los weblogs no son periodismo, al menos no por el hecho de ser weblogs, ni van a acabar con los medios tradicionales, aunque les están enviando un claro mensaje: tienen que cambiar de dirección o van a estrellarse. Más allá del futuro que nos atrevamos a pronosticar, hay un dato incontestable que ha cambiado para siempre el escenario de la comunicación pública: los medios tradicionales y los comunicadores profesionales han perdido la exclusividad en la gestión del espacio y de la agenda pública de la comunicación.

Desde noviembre del 2002, cuando comenzaron a realizarse mediciones periódicas del estado de la blogsfera mundial (Technorati), la cantidad de blogs se duplica cada seis meses y alcanza en la actualidad la suma de 57 millones, con un ritmo de creación de dos nuevos blogs cada segundo. Previsiblemente, la curva de crecimiento de la blogsfera tenderá a estabilizarse a partir del próximo año en la medida en que se alcance en cada mercado el umbral de la infraestructura de acceso a Internet y de usuarios potenciales. Aún así, habrá sido el medio con el mayor índice de crecimiento en la historia de la comunicación.

¿ Por qué han triunfado de este modo los blogs entre tantas otras tecnologías de la comunicación disponibles? Básicamente por cuatro razones: son fáciles, son divertidos, son gratis y son adictivos. No obstante, a pesar de que comenzar un blog no lleva más de tres minutos, mantener un blog en condiciones es otra historia, y hacerlo visible ante los buscadores es cada vez más complicado. La elevada tasa de abandono del medio, cercana al 50% al cabo de 90 días, así lo indica. Ocurre que la escritura pública de contenidos de calidad con una frecuencia regular y la participación en la vida de la blogsfera (leer, comentar y enlazar a otros blogs) exigen una dedicación y una disciplina que no deben subestimarse. Cualquiera puede abrir un blog, pero sólo algunos consiguen mantenerlo. La gasolina de los blogs es la pasión de los bloggers, gente que comparte lo que sabe, lo que hace o lo que piensa con los demás, por placer de expresarse y la satisfacción de contribuir a expandir el conocimiento.

Los blogs están demostrando ser una plataforma muy versátil para una amplia gama de aplicaciones, desde la pura expresión personal (blogs autobiográficos), hasta la comunicación corporativa (blogs comerciales y de marca), pasando por la opinión política, crítica de artes o educación (edublogs). Muchas ediciones digitales de medios convencionales han incorporado weblgos entre su oferta de contenidos on line, al tiempo que han comenzado a abrirse de manera más franca a la interacción con sus audiencias. Dejar de practicar el periodismo como una conferencia y comenzar a entenderlo como un conversación, al decir de Dan Gillmor, está resultando una de las grandes enseñanzas de los medios sociales.

Suelo decir a mis alumnos que “la buena noticia es que ahora todos pueden publicar”, pero que “la mala noticia es que ahora todos pueden publicar”: cuando los umbrales de entrada a un medio tan potente son tan bajos las opciones de participación se multiplican al mismo ritmo que la basura. Los procesos de búsqueda, selección, filtrado y análisis de la información se han convertido – una vez más – en estratégicos, y es allí donde los medios y los profesionales de la comunicación han de liberar la próxima batalla.

Que un buscador encuentre 42 millones de referencias en 18 décimas de segundo (acabo de hacer la prueba con el término Corea), en el fondo es un gran fracaso y me trae a la memoria la célebre pregunta de Thomas Stearns Eliot: “¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?”. Los weblogs son parte del problema y pueden ser también parte de la solución. La tecnología por sí sola nunca ha producido ninguna revolución. Es la gente la que, apropiándose de los medios, consigue que las cosas cambien. Está en sus manos. Comience un blog.


LA VANGUARDIA
DOMINGO, 29 OCTUBRE 2006
La revolución de los blogs.
Análisis José Luis Orihuela.

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